Durante muchos años, la televisión y los medios nos han mostrado diferentes versiones de los robots. Desde los fieles ayudantes como Robotina en los supersónicos y los androides de Star Wars hasta los peligrosos autómatas de Transformers y Terminator, estos seres automatizados han protagonizado cualquier clase de historias, en algunas ocasiones presentados como héroes y leales, mientras que en otras como enemigos que amenazan el futuro de la humanidad.
Esta última idea se ha quedado en muchas personas, que siguen viendo a la innovación y los avances tecnológicos una razón para ser cautelosos. Lo cierto es que la ficción, no deja de ser ficción, y los robots de nuestros tiempos distan mucho de convertirse en máquinas asesinas que quieran acabar con nosotros sino todo los contrario, hoy en día los robots forman parte de nuestras vidas, aunque a veces no nos demos cuenta: desde nuestros teléfonos celulares hasta nuestras bocinas inteligentes, la automatización se ha metido, literalmente, hasta el último rincón de nuestras casas. Y por supuesto, el marketing no es la excepción. En realidad, la automatización ha sido uno de los grandes beneficios que la innovación ha tenido en nuestro mundo de algoritmos, analítica y hashtags.
Gracias a las herramientas que nos ofrece el entorno digital, la automatización es una de las mejores amigas del marketing y de las estrategias publicitarias. Gracias a ella, puedes tener un mayor control de tus acciones de marketing, permitiendo perfeccionar la comunicación con las distintas audiencias sin estar preocupado que un colaborador cometa un error que te pueda costar la venta. Y una de las automatizaciones más importantes son los chatbots, que pueden formar parte integral de toda una estrategia de marketing.
Quizá esto te podrá sonar contradictorio, ya que de cierta forma: existe la idea de que las cosas automáticas son frías y distantes y que carecen de la calidez de la interacción humana. Y aunque esta afirmación pudiera ser verdad, la realidad es que detrás de las programaciones automatizadas de un chatbot SIEMPRE existe una persona de carne y hueso. Así que la automatización será tan fría o cálida como aquel ser humano encargado de programarla.
Cada vez es más frecuente que los usuarios busquen que las marcas interactúen con ellos de forma rápida, accesible y que les proporcionen información, en este sentido, un chatbot es la mejor herramienta para lograr ese objetivo. A diferencia de las redes sociales en Whatsapp, Manychat o cualquier otra aplicación de mensajería instantánea que conozcas, los algoritmos no obstaculizan las interacciones entre usuarios y marcas, además de que este tipo de aplicaciones tienen un porcentaje de confianza y de apertura de mensajes mucho mayor que el de las mismas redes sociales.
Por si no estas muy relacionado con los chatbots, a través de ellos puedes desarrollar una conversación con preguntas y respuestas predeterminadas de acuerdo a las necesidades que tu negocio y tu audiencia quieran resolver, sin necesidad de hacerlo frío: un buen chatbot no es diferente de un asesor de ventas o de un operador de call center. Ambas partes cuentan con guiones preestablecidos para interactuar con el cliente que solicita información o simplemente ayuda, y ambos tienen como la finalidad de guiarlo hasta que se encuentre satisfecho.
La principal diferencia la podemos ver en el alcance: mientras que un operador humano solo puede llevar un número limitado de conversaciones a la vez, el alcance de un chatbot es mucho mayor.
En resumen, es urgente que integres un chatbot a tu estrategia de marketing, sobre todo si quieres hablarle de forma directa a tu audiencia y si tienes un alto nivel de demanda de información. No hay mejor manera de hacerlo que a través de un chatbot.
Por supuesto, para desarrollar un chatbot capaz de mantener una conversación compleja y de múltiples respuestas con un usuario, necesitarás la asesoría técnica de un experto en marketing, que se encargue de integrarlo a tu estrategia y de programarlo de la mejor manera.
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